Había una vez un lugar muy hermoso llamado Paraíso, en donde
el Dios creador esculpió a Adán y a Eva a su imagen y semejanza para que formen
una gran civilización; sin embargo, nunca les dijo que no comieran el fruto
prohibido. Hoy en día viven tranquilos sin nada de qué arrepentirse.
La mente humana funciona de un modo arquetípico, esto quiere
decir que su conducta sigue un patrón o modelo universal. En este caso me
refiero al modelo de castigo y recompensa.
Nuestra vida se rige en función de un determinado sistema de creencias. Este incluye toda la gama de conocimientos que hemos adquirido y cómo construimos un agente moral que va a determinar qué es bueno y qué es malo (nada es bueno o malo por naturaleza).
Un sistema de creencias es heredado, ya que se construye sobre todo a nivel cultural, sin embargo, cada familia o grupo de pares lo moldea haciéndolo más particular y finalmente cada uno le agrega detalles según las experiencias que le haya tocado vivir como individuo.
Nuestra vida se rige en función de un determinado sistema de creencias. Este incluye toda la gama de conocimientos que hemos adquirido y cómo construimos un agente moral que va a determinar qué es bueno y qué es malo (nada es bueno o malo por naturaleza).
Un sistema de creencias es heredado, ya que se construye sobre todo a nivel cultural, sin embargo, cada familia o grupo de pares lo moldea haciéndolo más particular y finalmente cada uno le agrega detalles según las experiencias que le haya tocado vivir como individuo.
El arquetipo de castigo y recompensa trabaja a nivel
neurológico (liberación de neurotransmisores) y regula este simple principio a
partir del sistema de creencias: si mi conducta es buena (para mí) me auto-recompenso,
y si mi conducta es mala (para mí) me auto-castigo. Vale aclarar que esto se
puede manifestar de forma inconsciente. Es probable que nuestra conducta, sin
poder percibirlo, tienda a buscar la autodestrucción y se esfuerce por no
encontrar la paz y la felicidad debido a alguna culpa presente.
Nuestra sociedad se ha construido (sistema de creencias) en
base a la culpa, en parte debido a una mala interpretación del mito bíblico al
que hice referencia al comienzo. Este mito trata de explicar el funcionamiento arquetípico
de la mente y nosotros interpretamos una amenaza divina de pasar el resto de
nuestras vidas en el infierno si hacemos el mal. Un mal que pasó de ser personal-relativo-regulador
a ser un mal impuesto por las entidades de poder. Ni siquiera el matar al prójimo
puede ser juzgado negativamente, ya que por ejemplo, en el sistema de creencias
maya, tolteca o mochica un sacrificio humano es un acto relacionado a la
adoración a una divinidad.
Se puede evidenciar este carácter de la sociedad también en aspectos como la crianza, donde se nos implantan amenazas o chantajes, que inconscientemente vamos a interiorizar y por consiguiente toda nuestra vida adulta va a ser un auto-castigo. Las amenazas en esta etapa son de todo tipo, desde un “si no comes…” hasta un destructivo “si te portas mal…” con el cual se nos imposibilita de por vida de ejercer una conducta que creamos fuera de lo socialmente aceptado, sin sentir el pesar y arrepentimiento de alguna instancia de nuestra psique. Ninguno de nosotros puede tomar total consciencia del daño que nos hace, por ejemplo, haber pensado (o seguir pensando) que la sexualidad tiene una connotación negativa. Las consecuencias de esta valoración pueden ser una inconsciente incapacidad de disfrutar el acto sexual, una vinculación cognitiva del acto con eventos desagradables y tristes, impotencia sexual, entre otras.
Del mismo modo el sistema educativo está basado en la expectativa, en asignar valor en función de calificaciones y diferenciar perdedor y ganador según una línea imaginaria y arbitraria. En donde no lograr los objetivos puede significar una gran frustración que puede condicionar la vida del niño. En el caso de que el individuo llegue a hacer una asociación entre él mismo y la derrota, el sentido de culpa puede asegurarse de que su psique busque siempre ser desvalorizado y sometido.
Se puede evidenciar este carácter de la sociedad también en aspectos como la crianza, donde se nos implantan amenazas o chantajes, que inconscientemente vamos a interiorizar y por consiguiente toda nuestra vida adulta va a ser un auto-castigo. Las amenazas en esta etapa son de todo tipo, desde un “si no comes…” hasta un destructivo “si te portas mal…” con el cual se nos imposibilita de por vida de ejercer una conducta que creamos fuera de lo socialmente aceptado, sin sentir el pesar y arrepentimiento de alguna instancia de nuestra psique. Ninguno de nosotros puede tomar total consciencia del daño que nos hace, por ejemplo, haber pensado (o seguir pensando) que la sexualidad tiene una connotación negativa. Las consecuencias de esta valoración pueden ser una inconsciente incapacidad de disfrutar el acto sexual, una vinculación cognitiva del acto con eventos desagradables y tristes, impotencia sexual, entre otras.
Del mismo modo el sistema educativo está basado en la expectativa, en asignar valor en función de calificaciones y diferenciar perdedor y ganador según una línea imaginaria y arbitraria. En donde no lograr los objetivos puede significar una gran frustración que puede condicionar la vida del niño. En el caso de que el individuo llegue a hacer una asociación entre él mismo y la derrota, el sentido de culpa puede asegurarse de que su psique busque siempre ser desvalorizado y sometido.
Sin lugar a dudas
todos sentimos culpabilidad por algo y eso afecta nuestro desenvolvimiento. Lo
necesario es trascender la culpa. No sometiéndonos a cumplir la expectativa, así
estaríamos reprimiendo nuestra inherente pulsión a transgredir lo establecido;
sino ampliando nuestro sistema de creencias comprendiendo el lado absurdo y
arbitrario de nuestra valoración moral. Comprender, por ejemplo, lo arbitrario
que fue en algún momento considerar a las personas zurdas hijas del demonio.
Una vez que se comprende el absurdo, el síntoma desaparece.
Una vez que se comprende el absurdo, el síntoma desaparece.
Esta EXCELENTE Ojala todos pudiéramos incorporarlo cómo parte nuestra!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias!
ResponderEliminarmediante la ingenieria social y el control mental se crea la culpa como medio de manipulacion, soy una victima de control mental denunciando este abuso que la psiquiatria no desea confrontar. se nos llama targeted individual y se nos dirige como a automatas, el sonido a la cabeza oimos las voces y ruidos de los acosadores y con presion coercitiva provodad con biorrsonancia cuantificada nos crean dolor.
ResponderEliminarhttp://controlmindbarcelona.blogspot.com.es/2013/03/teoria-del-aprendizage-social-la.html
la culpa responde a la falta de fe. si todos tuviéramos fe en ese DIOS creador y creyéramos en JESÚS la culpa desaparecería por completo por que sabemos que el sacrificio del SALVADOR en la CRUZ DEL CALVARIO fue para abrogar la culpa de la naturaleza culpable del SER HUMANO!!! les mando un abraso anhelando con mucho respeto que DIOS les abra el entendimiento con su CIENCIA!!! JESÚS dijo VENGAN A MI TODOS LOS CANSADOS Y AGOBIADOS POR ESTE MUNDO Y DESCANSEN!!! Y LA CULPA ESTABA EN ESE CANSANCIO Y AGOBIO!!!
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